Porteo: una práctica ancestral validada por la evidencia científica – Katherine Parada

«Deseo llevarte tan cerca, para que luego tú decidas llegar tan lejos»  Katherine Parada Órdenes

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Porteo: una práctica ancestral validada por la evidencia científica

Por Katherine Parada – Portando Amor

Desde tiempos remotos, los seres humanos han llevado a sus bebés cerca del cuerpo. Antes de que existieran cochecitos o cunas, existía el cuerpo materno, el contacto piel a piel, y la necesidad instintiva de sostener y ser sostenidos. Lo que hoy conocemos como porteo no es una moda ni una técnica nueva: es una práctica ancestral que ha acompañado la crianza humana desde sus orígenes. Sin embargo, lo más fascinante es que esta sabiduría antigua está hoy más vigente que nunca, gracias al respaldo de la ciencia.

El origen del porteo: una herencia cultural universal

Diversas culturas de todo el mundo han desarrollado formas propias de porteo: el mei tai en Asia, el rebozo en México, el kanga africano, o el kupülwe mapuche en el sur de Chile. Estas técnicas surgen de la observación profunda de las necesidades del bebé y de su cuidadora, ofreciendo seguridad, movilidad y conexión.

Las comunidades originarias no portaban por tendencia: lo hacían porque era la forma más natural de cuidar, nutrir y criar. El porteo permitía a la madre seguir participando en la vida comunitaria, mientras el bebé permanecía tranquilo, regulado y contenido.

¿Y qué dice la ciencia?

La neurociencia afectiva, la psicología del desarrollo y la pediatría moderna han confirmado lo que nuestras ancestras ya sabían: el contacto constante con la figura de apego promueve un desarrollo emocional y físico más saludable.

Algunos hallazgos clave:

  • 🔸 Favorece el apego seguro.
  • 🔸 Reduce el llanto.
  • 🔸 Promueve el desarrollo neurológico.
  • 🔸 Favorece la lactancia y la termorregulación.
  • 🔸 Beneficios para la madre.

Porteo ergonómico: el puente entre tradición y evidencia

Hoy sabemos que para que el porteo sea beneficioso, debe ser ergonómico, seguro y respetuoso del desarrollo. Esto significa respetar la postura fisiológica del bebé (posición en “M” o ranita), asegurar el soporte adecuado del cuello y la espalda, y elegir portabebés que distribuyan bien el peso en el cuerpo del adulto.

Gracias a iniciativas como Chile Crece Contigo, que incorpora el porteo como política pública, y a la formación profesional de asesoras y entrenadoras, cada vez más familias acceden a este saber milenario con el respaldo de la ciencia y la técnica.

Porteo: cuerpo, vínculo y legado

Porteamos no solo para calmar, sino para comunicar amor. No solo para facilitar tareas, sino para construir vínculos seguros. Al portear, sostenemos algo más que un cuerpo: sostenemos una historia, una identidad y una forma de maternar que desafía la prisa, la distancia y el desapego.

En un mundo que empuja a separar, el porteo nos recuerda que fuimos hechos para estar cerca.

🧡 Si te interesa formarte profesionalmente en porteo ergonómico o quieres aprender más sobre cómo portear con seguridad y amor, te invito a seguirme en Instagram @portandoamor y explorar mis cursos y recursos educativos. Porque cuando una madre se siente segura, un bebé se siente en casa.

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